Este escrito no es un resumen o
estadísticas repetitivas de la economía peruana del presente, pasado o del
futuro, sino un comentario, o crítica, si se pudiese llamar, sobre mi
perspectiva de la realidad social y económica que se está viviendo el Perú.
Mucho se habla del crecimiento
Peruano que se ha vivido en los últimos veinte y tres años, y de las bondades
que ha traído esta consigo. Siendo realistas este crecimiento es real y visible
en muchas ciudades, mas no en las que están “tierra adentro”, en donde la
riqueza está mal distribuida e invertida, a pesar del canon y regalías que
tiene como ingreso varias regiones.
Tan solo comparando el Perú - por
no decir Lima - de inicios de los noventa, que era un país demacrado por el
terrorismo, y hundido por el ego y la incapacidad del Alan García, con el Perú
(urbano) actual, en donde aumenta el consumismo y que cada año se crean de 4 a
10 mega centros comerciales al año, la diferencia es considerable. La población
consume impulsado mas que todo por los hogares de Nivel Socioeconómico “C” que
han pasado a ser el grueso de las grandes urbes del País.
Parece ser que las políticas y la
dictadura del presidente Fujimori y Montesinos, fueron correctas en cierto
modo, y constituyeron hacia un Perú más enfocado en atraer la Inversión privada
extranjera o nacional, que tan bien ha hecho a la economía peruana. Si bien la
privatización de muchas empresas estatales fueron mal negociadas y afecto el
bienestar de muchos peruanos en el corto plazo, eran un mal que se tenía asimilar,
a cambio de no seguir teniendo cada vez más empresas estatales con rendimientos
negativos, procedimientos burocráticos y corruptos.
En si el Perú de hoy es mucho
mejor que el del pasado hablando cuantitativamente, es decir sobre índices como
el PBI, Inversión Extranjera, Exportaciones, etc., mas no si se habla sobre
índices más ligados al Desarrollo del Capital Humano, en donde nuestros niños
siguen quedando últimos en las pruebas PISA, que involucran temas como
compresión lectora, razonamiento matemático y verbal. Sin duda la Educación
pública y también privada es un déficit que hasta ahora no se puede corregir. y
no se va a corregir – desde mi punto de vista – hasta que no se haga una
reforma educativa desde la raíz, en la que se involucre tanto el Estado, las
empresas privadas, las universidades y los mismos estudiantes. No se puede
mejorar la educación, cuando en el 2011 el Gasto público en educación sobre el
PBI fue de 2.6%, mientras que en Colombia fue de 4.5%, y peor aun cuando estos
recursos no son asignados correctamente, siendo mal utilizados o terminando en
las arcas de la corrupción. Como dicen muchos especialistas, “no hay mejor inclusión
social que una adecuada inversión en Educación de calidad y rentable en el
medio - largo plazo”.
Definitivamente el Perú necesita mano de obra mejor calificada y Empresas Nacionales Extranjeras radicadas en el País, que mediante una adecuada “responsabilidad social”, compartida con el Estado y las Regiones, compartan su “Know How” y tecnología con las comunidades aledañas, es decir no solo “donen” y mejoren su imagen hacia ellos, sino contribuyan al crecimiento y desarrollo de estos involucrándolos directa o indirectamente en la cadena de producción. Lamentablemente la Economía no logrará un desarrollo sostenible, con exportaciones de materias primas, productos manufacturados con poco valor agregado; con el crecimiento gastronómico o aumento de mypes, sino con la producción de bienes y servicios en lo que se involucre una mejor combinación de factores, como mano de obra técnicamente calificada, opciones de inversión más rentable, mayor tecnología, además de un marco institucional más confiable y eficiente.
Si bien este Sistemas Primario Exportador logro un crecimiento y riqueza, este sigue siendo mal distribuido, como es común en Países en que prima un libre mercado, pero también la corrupción, un poder judicial poco confiable, una descentralización mal estructura, y falta de trabajadores calificados, entre otras cosas. Además este crecimiento, con poco desarrollo, debido a la falta de inversión y restructuración en educación, salud, investigación y tecnología (tan solo falta ver el CONCYTEC), solo infla en PBI mas no la mejora en el manejo de los factores de producción, teniendo estas últimas una productividad baja en comparación con los demás Países Sudamericanos.
Perú debe seguir exportando, y atrayendo la inversión extranjera directa, pero llegará un punto en que este crecimiento será tan solo una burbuja que puede llegar a explotar, si no hay una mejora en los factores de producción y productividad.
¿Es Chile un modelo a Seguir?
“Si y no”. En Perú, la corrupción
es inherente al Sistema, y esta, a su vez impide, junto con otros factores la
competitividad en la Industria, cosa que en Chile, que es un País más
transparente, parece que no le es mucho problema. Chile tiene el menor índice
de corrupción de América Latina junto con Uruguay, que genera un Estado más
eficiente, que logre ganar la confianza de su población y los mercados en
general. Quizás ahí la gran diferencia ente el sistema Chileno y peruano, en la
que de este último, la corrupción y la satisfacción personal a consta del
bienestar de muchos peruanos es pan de cada día.
De mi punto de vista, Chile, si
bien sigue siendo un País sub-desarrollado (o llamado “emergente”), como Perú,
ha logrado una mejor educación, un mejor Marco Constitucional, un Poder
Judicial confiable, y una mayor participación del Estado en la producción
nacional, y la inversión en I+D, como una mejor descentralización para una
mejora en la asignación de recursos. Quizás estos son los pilares del
crecimiento y “Desarrollo” Chileno de los Últimos años. Quizás el modelo “casi”
neoliberal que quiere implementar el presidente Piñera opaca un poco lo dicho
anteriormente, pero esto demuestra que el Estado después de todo debe
intervenir en las externalidades del mercado, y no descuidarse de la educación
y las empresas del estado que tantos frutos le ha dado.
Si Perú, teniendo ya una base de
crecimiento sostenido, mas no un desarrollo marcado, no logra mejorar y
reformar pilares como la educación, salud, participación y eficiencia del
sector público, menor corrupción, I+D; pensando en un largo plazo y no en un
corto plazo y estadísticas macroeconómicas abultadas, no logrará el tan
anhelado desarrollo sostenible y un mayor bienestar social, que hace falta y
que trae muchos conflictos sociales a lo largo del territorio nacional.
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